sábado, 28 de marzo de 2015

ENTRADA TRIUNFAL, HUMILDAD Y MANSEDUMBRE.

Quiero tan sólo que me hables  en todos tus pasos, tus gestos.    Quiero silencio,  sólo    escucharte.   Observar profundamente.
Meditar   tu entrada a este mundo, triunfal y humilde en aquel pesebre.  meditar   tu entrada   triunfal, humilde,  envuelto en una mansedumbre sobrenatural, entrando en Jerusalén.     Sólo quiero silencio  para que tan sólo me hables TÚ.      No distraerme entre el ruido y bullicio de la gente.   Seguirte en silencio,  de la Mano de María, tu Santísima Madre.
Es a Ti a quien yo espero ahora para que toques mi corazón   y nazca de nuevo.   Es la oportunidad de cambio que tu me ofreces.  Para vivir   en ti  e ir a la vida eterna.    Es a ti a quien quiero escuchar,  pues así te abro mi corazón para poder entrar  en una nueva vida.    Gracias Señor por entrar    y animarme a ser aún más comprometida, mas fuerte   y más libre.   Tú tienes ya todo planeado desde la eternidad.     Nada entiendo,  sólo te abro mi corazón.   Sólo quiero que me hables,  estar en silencio , seguirte desde la cruz, seguirte en el servicio al prójimo, en el día a día.    Enséñame a abrazar mi vida  y mi cruz con generosidad y amor, con profundo arrepentimiento y perdón, pues tu, te sacrificaste por todos. También por mí.

Quiero   Señor, silencio,  para contemplar la entrada más hermosa y triunfal, envuelta en tan  sobrenatural humildad y mansedumbre.


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