Qué quieres de mí Señor? No entiendo todo lo que me está sucediendo y temo equivocarme. Dentro de tanta dificultad siento una paz que no sólo puede venir de ti. Sentir así, ante tanto problema, es descansar en ti. Mi oración forma parte de mi vida en todo. Ahora en esta situación presente, Háblame Señor, te escucho.
Me abandono a ti, y me consagro a ti.
Hágase Señor tu voluntad!. |